Al principio tú, cielo.
Y mi tierra desierta
vacía de tus ojos
rebosa tinieblas.
Y hubo luz al mirarme,
hubo tarde y mañana
y en los mares del llanto
crecieron las acacias.
Tras tus soles morenos
mis álamos de plata.
Sobre el deseo gira
la locura del alba.
...Y emigraron las aves
delante de nosotros,
y comimos cerezas
y lúpulos de oro.
Vino el hombre a besarme
en tu boca de agua
y se hicieron los besos
mordidos de manzana.
No tuvimos serpientes
anidando en el pecho.
Hicimos el amor
y el amor quedó hecho.