Tiene una voz mi conciencia
que me recomienda siempre
misericordia y prudencia.
De la vida he conocido
su rosa, la del amor,
su espina, la del olvido.
Escuchando a la razón
yo sentí cómo lloraba
a mares mi corazón.
Contempla el mundo y verás
que poco tiene que hacer
quien no sabe de maldad.
Una amistad verdadera
es más grande y más profunda
que el mar y la tierra entera.
A mi buena amiga Pilar Bugella, con todo cariño de Mariví Verdú
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