viernes, 25 de noviembre de 2016

HA MUERTO MARCOS ANA.

Decididamente, no quiero noviembre. Ha muerto Marcos Ana. Aquel hombre digno y sincero que escribió, después de haber pasado veintitrés años encerrado por pensar en los demás:

Decidme cómo es un árbol,
contadme el canto de un río
cuando se cubre de pájaros,
habladme del mar,
habladme del olor ancho del campo
de las estrellas, del aire.
Recitadme un horizonte sin cerradura
y sin llave como la choza de un pobre,
decidme cómo es el beso de una mujer,
dadme el nombre del amor
no lo recuerdo.
¿Aún las noches se perfuman de enamorados
tiemblos de pasión bajo la luna
o solo queda esta fosa,
la luz de una cerradura
y la canción de mi rosa? (...)


Sé que descansará en paz, no necesita cielo. Él lo era y lo llevará consigo adonde vaya.

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