sábado, 12 de enero de 2019

CONFÍO PLENAMENTE EN EL SILENCIO, por Mariví Verdú

No sé qué tengo
que se me pegan al alma los recuerdos.
Las cosas se rodean
para hacerme con vida de los muertos,
para que acabe mía
la esencia que nos prueba que existieron.
Sus albaceas se asignan
las joyas, los inmuebles, los dineros...
pero a mí siempre me pertenecen
las fotos de la historia en blanco y negro.
Aunque no sea mi deber, los siento míos,
soy incapaz de deshacerme de ellos.
Al mirar unos ojos apagados
en su escala de grises y misterio,
por poca voz que tengan,
por muertos que estén sus dueños y más muertos
la mirada me habla en un lenguaje
que acabo yo viviendo sus momentos.
Sus pupilas dan órdenes precisas
y sus bocas musitan el secreto
expresamente dicho en el retrato
donde su ayer quedó preso del tiempo .
A veces me inoculan su tristeza
me piden, por piedad, cumpla sus sueños
colgándome en la mía sus exvotos,
esperando el milagro del regreso.
Pero yo soy de carne que se aflige
ante los sueños rotos. Este invierno
quiero a dar vida eterna a las reliquias
poniéndoles mi aliento entre los versos.
Es por amor que escribo en esta tarde
a la sombra que templa el mes de enero
y bendigo sus vidas con palabras
hechas mitad amor, mitad respeto.
Afirmo que una vida se resume
en lo que digan otros del ser muerto.
Yo dudo del futuro de mis fotos...
Confío plenamente en el silencio.                   


 Mariví Verdú                                     

 El Garitón  11/1/2019

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